Capital contra los Derechos Humanos del Pueblo de Simón Planas
“Las herramientas del amo nunca desarmarán la casa del amo”
Audre Lorde
El Cerro “La Vieja” está ubicado al frente de Sarare, Municipio Simón
Planas del Edo. Lara. Tiene una superficie 524 hectáreas y 683 m2, de
gran valor histórico, cultural, agrícola y ecoturístico. Del cerro se
alimentan, en sus bordes, el Río Sarare y la Quebrada La Cimarrona. Ha
vivido varios intentos de explotación minera (el primero de ellos, en
los 90), que han sido derrotados por la movilización popular. En la
actualidad, el cerro está viviendo un nuevo intento de explotación por
una alianza Estado-Capital Privado, impulsada por la Gobernación del
Estado Lara; con un grave impacto para los derechos humanos de la
población del municipio.
1. Violación de los derechos a la información, a la consulta previa y al protagonismo popular
“Nosotros mandamos obedeciendo al pueblo, no mandar mandando, no
mandar triturando a los pueblos; así es que mandan los capitalistas, así
es que mandan los tiranos” (Hugo Chávez[1])
El artículo 164 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (CRBV) señala que es “…de la competencia exclusiva de los
estados: … 5. El régimen y aprovechamiento de minerales no metálicos, no
reservados al Poder Nacional…”. La Gobernación del Estado Lara cuenta
con un “Plan Estratégico para el Desarrollo Minero No Metálico del
Estado Lara”[2], que implica una asociación Estado-Capital Privado, en
el que se enmarca la explotación de piedra caliza en el Cerro La Vieja.
Cuenta la Gobernación, además, con la “Empresa de Minerales No Metálicos
Jacinto Lara”, que se define como “ente rector del manejo de los
minerales no metálicos del estado”[3]. La misma es presidida por el
Médico Veterinario Yoel Morales. Hasta ahí la información disponible.
La CRBV señala, en su artículo 128, que “El Estado desarrollará una
política de ordenación del territorio […] que incluya la información,
consulta y participación ciudadana”.
El pueblo de Simón Planas no ha sido ni informado ni consultado por
la Gobernación sobre el actual proceso de explotación minera, del que se
sabe informalmente que existe una licencia entregada; se han escuchado
detonaciones y se pueden constatar la construcción de una carretera, la
deforestación de un sector a las faldas del cerro y el movimiento de
maquinaria del Estado (de las empresas CAVIM y Pedro Camejo). También se
sabe, que en nombre de esa empresa actúa un abogado de nombre Jorge
Alberto Rodríguez Morán, que ha dirigido agresiones y amenazas contra
campesinos del sector y que ha sido imputado de varios delitos,
incluyendo la estafa y la violencia de género.
El pueblo de Simón Planas desconoce el nombre de la empresa que
avanza la explotación, el alcance temporal y espacial de la licencia o
si pretende explotar otros minerales distintos a la caliza. Ese mismo
pueblo que no ha sido ni informado ni consultado, se ha movilizado
expresamente, tanto en el pasado como en la actualidad, para condenar la
explotación de su cerro. A mediados de la década pasada, una
movilización popular logró que el Municipio declarara al Cerro como
«Parque Municipal y Patrimonio Ambiental y Ecológico del Municipio Simón
Planas»[4]. El Decreto, en su artículo 2, “prohíbe…el aprovechamiento
de la piedra caliza; ya que las explosiones en las cuevas del Cerro La
Vieja, pueden ocasionar derrumbes y destruyen el patrimonio natural y
ambiental del Municipio”[5].
En un reciente foro, realizado el 16.05.19, en Barquisimeto, por la
Empresa de Minerales No Metálicos Jacinto Lara, su presidente, Yoel
Morales, atribuyó el malestar del pueblo de Simón Planas, a “disputas
políticas internas” del Municipio. Sin embargo, en la marcha que ocurrió
el sábado 18.05.19 desde Sarare hasta el Cerro La Vieja, se observó un
interesantísimo espíritu de unidad en la diversidad en torno a la
defensa del Cerro. Aunque el sector del PSUV que dirige la Alcaldía
guarda silencio sobre la explotación minera en el cerro, tampoco ha
salido a defenderla, lo que sugiere que está obedeciendo una línea “de
arriba” con la que no tiene pleno acuerdo. Por su parte, el chavismo de
base y militantes de todos los partidos del GPP están abiertamente en
contra de la explotación del cerro. Resulta muy interesante, además, que
esa lucha mueve un pluralismo de la sociedad civil plebeya. A ella se
han sumado escaladores deportivos que usan el cerro de manera
permanente, pequeños productores que se benefician de sus aguas,
comuneros de El Maizal, sectores religiosos que usan sus cuevas para
celebrar cultos espiritistas, sectores de la iglesia católica local y
muchos pobladores no organizados, que tienen un vínculo físico y
cultural muy fuerte con su cerro y que acudieron al llamado del “Comité
Pro Defensa del Parque Municipal Cerro La Vieja”.
Todo parece indicar que la opacidad en la información y la falta de
consulta, apuntan, a desconocer y a obstaculizar la expresión del
protagonismo del pueblo de Simón Planas, que desde hace más de dos
décadas se está oponiendo a la destrucción de su cerro. A la Gobernadora
Carmen Meléndez le tocará evaluar, entonces, si revierte su decisión
actual para “mandar obedeciendo” o si ratifica su alianza con el capital
para explotar el cerro y entonces “mandar triturando”, que es como
“mandan los capitalistas […] los tiranos”, como recordaba Chávez.
2. Violación de derechos culturales
“Todas las manifestaciones culturales contenidas en este Catálogo…son
poseedoras de valores tales –sean históricos, culturales, plásticos o
ambientales– que el Instituto del Patrimonio Cultural las declara Bien
de Interés Cultural, según la Resolución Nº 003-05 de fecha 20 de
febrero del 2005” (Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano[6])
La Cueva de La Vieja, que está dentro del Cerro, forma parte del
Catálogo citado, con lo cual es oficialmente un Bien de Interés Cultural
objeto de protección. El Catálogo cita hallazgos arqueológicos como
lozas con jeroglíficos, piezas de cerámicas, cocos labrados, vasijas
gigantes, osamentas y huesos sueltos, que sugieren una densa historia de
uso del cerro y que explican su rol en la generación de la cultura
local. “Existe la creencia –señala el Catálogo- que esta cueva se
comunica con las Minas de Buría y que fue allí donde el Negro Miguel
escondió el famoso tesoro que nunca apareció”[7]. La rebelión del Negro
Miguel contra la opresión española y su paso por el cerro, es motivo de
orgullo de los pobladores de Simón Planas. Otra de las Cuevas del Cerro
se llama Estefanía, en honor a una de las hijas del Negro Miguel. Esa
cueva es lugar de culto del espiritismo venezolano o Marialoncero y en
su interior se pueden observar más de 500 objetos de culto de las
distintas Cortes de esta religión venezolana; además de impresionantes
estalagmitas y estalactitas, de hasta 5 metros.
Pero además de los usos religiosos o el valor histórico, es muy fácil
constatar el vínculo de los pobladores de Simón Planas con su cerro. El
cerro es una presencia visual hermosa desde todos los puntos de Sarare.
La gente mira al cerro y sabe si lloverá, porque es una muralla a los
vientos húmedos del sur que facilita la acumulación de nubes. Los
colegios y liceos organizan frecuentemente excursiones al cerro, por lo
que la inmensa mayoría de los/as Sarareños/as lo han visitado y
disfrutado. Gente de otras partes del país viene al municipio a
conocerlo o a usar sus paredes para la práctica deportiva de la escalada
en roca o a realizar observación de aves, convirtiendo al cerro en un
lugar ecoturístico que produce gran orgullo local.
La explotación minera, realizada con explosivos, volvería insegura
las cuevas. Generaría derrumbes (de hecho ya hay deslizamientos en la
Cueva La Vieja) e imposibilitaría el uso religioso, ecoturístico,
recreacional, deportivo o científico del cerro. Un señor que participó
de la marcha convocada por el “Comité Pro Defensa del parque Municipal
Cerro La Vieja”, confiaba en que “Los Naturales” (especies de duendes
que habitan el cerro) impedirían que eso ocurriera: “Ya antes volvieron
locos a los trabajadores de la empresa que intentó explotar el cerro”.
3. Violación al derecho al ambiente sano y ecológicamente equilibrado
“No le importa al capitalismo acabar los bosques, acabar las aguas y
acabar la vida […] El capitalismo es un modelo que destroza la vida. El
capitalismo destroza […] tanto a la naturaleza como al hombre que es
parte de la naturaleza”
(Hugo Chávez[8])
El artículo 129 de la CRBV, señala que “Todas las actividades
susceptibles de generar daños a los ecosistemas deben ser previamente
acompañadas de estudios de impacto ambiental y sociocultural”. No se ha
realizado ningún estudio previo a la explotación en curso en el cerro La
Vieja. La sola inexistencia de estos estudios implica la ilegalidad de
la explotación, hace nula la licencia entregada por la Gobernación y
obliga al Estado (al Poder ejecutivo municipal, estadal y nacional; al
Poder Judicial o a la Defensoría del Pueblo si alguien acciona ante
ella) a corregir de inmediato la vulneración en curso. De hecho, los
funcionarios que entregaron las autorizaciones sin el estudio de impacto
ambiental deben ser sancionados “…con arresto de tres meses a un año
[e] inhabilitación para el ejercicio de funciones o empleos públicos
hasta por dos años después de cumplida la pena principal”, según señala
el artículo 43 de la Ley Penal del Ambiente.
Aunque por la falta del estudio de ley se desconoce con rigurosidad
científica el daño ambiental que generaría la explotación del cerro, hay
datos que permiten sugerir posibles daños; así como hechos concretos
actuales que ya configuran delitos ambientales.
El cerro absorbe como una esponja la humedad de los vientos del sur
que vienen a chocar contra el principio de los Andes. Además de
alimentar al Río Sarare y a la Quebrada La Cimarrona, drena hacia un
sistema natural de agua subterránea que beneficia a la producción
agrícola de todo el Municipio. El uso de pozos es una de las principales
fuentes de acceso al agua en la zona, según explican los pequeños
productores del municipio. Es posible suponer que la explotación del
cerro disminuiría el acceso al agua y, con ello, la productividad
agrícola de la zona.
Por otra parte, la empresa modificó el curso del Río Sarare y
construyó una carretera a menos de 20 metros del Río, pese a que la Ley
de Aguas señala explícitamente, en su artículo 54, que son “…zonas
protectoras de cuerpos de agua: …1.- La superficie definida por la
circunferencia de trescientos metros de radio en proyección horizontal
con centro en la naciente de cualquier cuerpo de agua. 2.- La superficie
definida por una franja de trescientos metros a ambas márgenes de los
ríos…”. Esta acción de la empresa, realizada con maquinaria estatal,
constituye además un delito ambiental, tipificado en la Ley Penal del
Ambiente (artículo 56) y sancionado “…con prisión de uno a cinco años…”.
La lucha en contra de la explotación del cerro La Vieja condensa una
de las contradicciones centrales de nuestro tiempo. De un lado se
encuentra la apuesta rentista, con su promesa de extraer minerales para
ser convertidos en una riqueza que se supone será distribuida. El “bien”
que generaría esta operación (la distribución de la riqueza)
justificaría los daños inevitables (vulneración de derechos) en el
ambiente, la cultura, la producción agrícola y la vida de la población.
De ese lado está la Gobernación de Lara y empresarios que tienen
formalmente el 49% de las acciones del proyecto, pero que utilizan a las
instituciones (cuerpos de seguridad, gobernación, INTI, Fiscalía) como
extensiones de sí mismos. Del otro lado hay una apuesta productiva
agrícola, que incluye formas comuneras junto a decenas de pequeños
productores que trabajan en las faldas del cerro para producir alimentos
(en momentos en los que el bloqueo de EEUU amenaza con generar una
hambruna en el país); así como una diversidad de actores que defienden
su cerro, liderados por movimientos del chavismo de base y popular, que
han aprendido en 20 años de Revolución Bolivariana a movilizarse para la
defensa y exigibilidad de sus derechos. Es un pueblo que sabe que “… El
capitalismo es un modelo que destroza la vida” (Hugo Chávez) y que no
duda en plantar cara a quienes hablando en nombre de la Revolución se
convierten en meros instrumentos del Capital.
4. Violación del derecho a la tierra, del derecho a la integridad personal y a la libertad de la población campesina
“»Hay que poner orden a la propiedad de la tierra, tierra para los campesinos, para el que la trabaje» (Hugo Chávez)
Existen denuncias que señalan a Jorge Alberto Rodríguez Morón (C.I.
7.358.624), operador local de la alianza Estado-Capital, como
responsable de violencia contra los campesinos de las zonas aledañas al
cerro. Ejercida tanto de manera directa como en alianza con cuerpos de
seguridad y el INTI. El objetivo sería desalojar a los campesinos de las
faldas del cerro para garantizar protección a la explotación. Según
cuentan voceros del “Comité Pro Defensa del parque Municipal Cerro La
Vieja”, el INTI revirtió al menos un título de tierras; el CONAS de la
GNB, sembró armas y abrió procesos penales contra un grupo de campesinos
que se oponen a la explotación (que estuvieron arbitrariamente
detenidos y actualmente están bajo régimen de presentación) y el propio
Rodríguez amenazó directamente junto a hombres armados a varios
productores, mientras que a otros ofrecía comprarle las tierras. Las
denuncias de estos hechos han sido presentadas a las instituciones, sin
haber obtenido justicia. Se trata, claramente, de una lógica de despojo y
criminalización de sectores populares, que revierte avances de la
Revolución Bolivariana.
5. Movilización popular y alianza amplia para la reinvención del campo popular
Este caso es apenas uno de los 17 proyectos que la Gobernación
pretende desarrollar en el Municipio y uno de los 130 que pretende
desarrollar en el estado[9]. El eslogan con el que acompaña el Plan es:
“Un Plan de Desarrollo Estratégico Productivo Post-rentista”. Es difícil
comprender como puede presentarse la apuesta minera como
“postrentista”, pero fácil evidenciar que la alianza Estado-Capital
Privado está atentando contra los derechos humanos de la población del
Municipio Simón Planas.
Una alianza amplia se conformó dentro del Municipio para enfrentar
este nuevo intento de explotación. Rápidamente se fueron movilizando
otros sectores del estado y del país para acompañarla y apoyarla. Y es
que la lucha digna que impulsan los pobladores de Simón Planas se
emparenta con los diagnósticos, sentimientos y líneas de acción de
militantes populares de todo el país: hay que desvelar las alianzas
entre el Estado y el Capital; hay que denunciar a quienes tienen la
indignidad de hablar en nombre del pueblo y actuar en función de sus
propios interese; hay que interpelar el cortoplacismo e inviabilidad de
la lógica rentista. Y hay que hacerlo desde la experiencia vivida en
estos años, de una alianza entre el Estado y el Poder Popular; desde el
protagonismo popular que nos ha garantizado tantos logros en materia de
inclusión, justicia social y disfrute de derechos y; desde un modelo de
producción comunalizado que ahí en donde es fuerte, ha demostrado
eficacia a la hora de garantizar dignamente la vida material y
espiritual de la población.
Esta lucha es, a un tiempo, enormemente importante en lo local y en
lo nacional. Permite potenciar debates estratégicos que apunten a la
reinvención y fortalecimiento del campo popular, a través del recurso
que más logros nos ha dado: la movilización por nuestros derechos.
[1] Consulta en línea: https://www.dailymotion.com/video/xgath0
[2] Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación del Estado
Lara, “Plan Estratégico para el Desarrollo Minero No Metálico del Estado
Lara 2019 – 20130”. Presentación
[3] Consulta en línea: @MinasLara
[4] Decreto N° 006, Gaceta Oficial N° 0344 (Extraordinaria) del municipio Simón Planas del Estado Lara, 23.07.07
[5] Ídem.
[6] Consulta en línea: https://albaciudad.org/wp-content/uploads/2017/01/Lara-SimonPlanas.pdf
[7] Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano. https://albaciudad.org/wp-content/uploads/2017/01/Lara-SimonPlanas.pdf
[8] Aló Presidente 257. Consulta en línea: http://www.todochavez.gob.ve/todochavez/4025-alo-presidente-n-257
[9] Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación
del Estado Lara, “LA MINERÍA NO METÁLICA EN EL ESTADO LARA ¨Un Plan de
Desarrollo Estratégico Productivo Post-rentista”. Presentación.